En la cultura del maridaje del vino no existen reglas y normas a cumplir aunque lo que sí tenemos claro es que el vino es un perfecto complemento para cualquier plato. ¿Por qué? ¡Fácil! Porque un buen maridaje potencia los sabores tanto del plato como del vino que estés tomando y magnifica la experiencia en el paladar.
Al margen de la tipología de vinos (tinto, rosado y blanco), los principales aspectos a tener en cuenta para maridar un vino con cualquier plato son:
- Intensidad de los sabores. Para que el sabor del vino no prime respecto al plato y viceversa, sino que encajen a la perfección.
- Dulzor del vino y del plato. Es muy importante encontrar el equilibrio de dulzor entre el plato y el tipo de vino con que lo acompañemos para lograr esa sensación en el paladar.
- Acidez del vino. Al igual que el dulzor, la acidez del vino es un factor fundamental para la degustación perfecta de un vino y un plato.
Queremos que experimentes por ti mismo tus preferencias gastronómicas por lo que, en vez de proponerte tres menús cerrados, te ofrecemos tres entrantes, tres principales y tres postres para que seas tú quien elija cómo, cuándo y dónde.
Los entrantes para abrir apetito
Idealmente, los vinos que acompañan a un aperitivo deberían cumplir con las siguientes características:
- Cuerpo liviano para no cansar los sentidos y disfrutar la comida.
- Fresco y con buena acidez (el sabor ácido abre el apetito).
- Servido a una temperatura que nos refresque. Recordemos que un vino blanco se puede servir entre 8º y 12ºc, mientras que un espumoso incluso menos.
De entre toda la variedad de entrantes, hemos seleccionado unos muy fáciles de hacer y muy apetitosos, que acompañados con un vino siempre es un plus.
Unos simples langostinos cocidos maridan perfectamente con un vino rosado.
Huevos rellenos de aguacate y atún. El huevo es un alimento que admite prácticamente todo y nuestra propuesta es probarlo con aguacate y atún, aunque lo puedes rellenar de cualquier otra cosa. Junto con un vino blanco y listo.
El típico, que no falta, un montadito de jamón. Y le damos un tinto.
Tres principales que te encantarán
Queremos proponerte tres platos a los que no puedas resistirte, recuerda que la elección del vino es tan personal como el gusto de cada uno por lo que nuestra elección siempre es una recomendación. Es más, te invitamos a que juegues con los sabores, los pruebes, innoves y disfrutes.
Espaguetis fruti di mare. Unos buenos espaguetis abandonando el tomate y acompañándolos con mejillones, chirlas y gambas, aunque le puedes echar el marisco que prefieras. ¿Con qué vino? Un rosado marida bien por los toques a mar y la acidez propia de este tipo de vino.
Arroz meloso con bogavante. Solo leerlo te dan ganas de comerlo. Una cuchara, un blanco y ya lo tienes todo.
Rabo de toro. El guiso con el que se te cae la baba solo de pensarlo. Prepara pan, que lo vas a necesitar para mojar la salsita y tu vino tinto también.
Siempre hueco para el postre
Nosotros decimos ‘sí’ al chocolate con vino o a cualquier postre, lo importante es maridar de manera perfecta cada tipo de vino con el postre que vayamos a tomar. Por lo general, lo que siempre se recomienda es que el vino que acompaña sea igual o un poco más dulce que el postre en sí.
Por ejemplo, si tenemos un postre con chocolate negro y frutas como la frambuesa, sería perfecto un vino tinto, en cambio con un “lemon pie” donde priman los toques ácidos, encajaría a la perfección un espumoso.
Nuestra propuesta de postres es:
- Tarta de queso, junto a un vino dulce.
- Mousse de limón, con un vino espumoso.
- Banana bread con pepitas de chocolate blanco y un blanco.
Aunque hemos centrado este post en cómo maridar la gastronomía con los tipos de vino existentes, la buena compañía hace que los platos estén mucho más ricos y sabrosos. Un buen momento para compartir estas recetas, es cualquiera en el que haya buena compañía y muchas risas.